Cambiando nuestro mundo

Desde hace varios días temas como el calentamiento global, las relaciones confusas que tienen Colombia y Venezuela, el conflicto económico y gubernamental que vive Argentina, y el vivir en una ciudad como Buenos Aires, la cual posee una diversidad cultural y gastronómica que me agrada, pero que se borran por el ruido y la contaminación, son temas que me han hecho reaccionar ante lo débil que soy cuando me cruzo frente a frente con las destrucción, las ofensas, la contaminación y el olvido.

Cómo cambiar un poco este mundo, me preguntaba esta mañana y juro que no podía dormir de tanto pensar en esa pregunta, porque en mi cabeza se hicieron muchas más preguntas “ Cómo salvar a la tierra del calentamiento global si mucha gente no tiene conocimiento de lo que está sucediendo y tampoco saben siquiera quiénes están en Hopenhague, tal vez porque están demasiado concentrados e n su trabajo o tal vez porque no lo tienen, pero mientras esta cantidad de gente está concentrada, el conflicto colombo – venezolano, y el que viven otros países, dan primeras planas en medios con el pleno conocimiento que por más buenas intenciones que tengan los mandatarios, realmente muchos no piensas en lo que de verdad necesita la gente. Pero además, al mismo tiempo pensaba en cómo ayudar a prevenir la contaminación, si las personas que veo en el Subte van como hormiguitas por una escalera eléctrica que me hace imaginar que todos tienen un chip que los obliga a estar cegados a la realidad. No obstante, imaginaba que muy lejos de ahí otras hormigas se dedican a sacarle la sangre a la tierra, para que todos los días los carros, motos y aviones, las consuman como vampiros que no pueden sobrevivir sin ella.

Entonces llegue a una conclusión, somos una plaga, porque la tierra, con 46 billones de años, ha sido parcialmente destruida en menos de siete años , - los mismo que tiene la raza humana- sin embargo, somos y seguiremos siendo una plagas que vamos acabando con lo poco o nada que tenemos.

Pero en ese mismo instante, me surgieron otras preguntas, será que la plaga se puede educar de otra forma, mostrarles que las cosas pueden ser por otro camino que no sea político ni revolucionario ni sofista, ni religioso. Será que se les puede transmitir un mensaje sin necesidad del dinero y con la ayuda de muchos. Será que la plaga podría parar un tiempo de destruirse y de destruir para dedicarse un tiempo en construir y sembrar. Dejar de tener los ojos vendados por el alcohol, las drogas, el sexo, las fiestas, el trabajo, los insultos, las mentiras, los celos, el engaño, las mascaras, las venganzas, la ira , la violaciones, el silencio, el olvido, el irrespeto y la destrucción; llegue a una conclusión de que es difícil más no imposible.

Pero cuando por fin me estaba quedando dormido, una respuesta de la nada me llego. Y en vez de cambiar el mundo, por qué no empezar a cambiar nuestro mundo, el mundo de cada uno, mi mundo y empezar a mostrarme como soy, lo que soy desde adentro, a no quedarme callado, a crear más y sembrar más.

Sé quiero hacer muchas cosas sin necesidad de crear un movimiento ni una revolución, pero quiero transmitir un mensaje y lograr hacer un Stop a todo lo que nos da miedo, a los que nos cega, sobre todo a las armas y al dinero. Un mensaje de sonrisas y tranquilidad. Un mensaje que no se trate de erradicar todo lo malo, sino de equilíbralo lo malo con lo bueno, la libertad con la responsabilidad, y además porque no se qué va a suceder, pero quiero tener mis pies limpios cuando este mundo empiece a arder.